lunes, 1 de diciembre de 2014

Algunas realidades

Las relaciones D/s son sublimes, estoy de acuerdo con eso, pero lo que no son es fáciles. Cada Dómina desarrolla sus relaciones en base a sus preferencias, sus normas, sus deseos... pero no es un cuento de hadas.

Para un sumiso, por ejemplo, la meta es entregarse a su Ama (y ser aceptado por ella), pero a veces no se tiene en cuenta que tal vez no sea tan fácil para él adaptarse a su nueva condición de propiedad. Ser propiedad de alguien no consiste únicamente en lucir un bonito collar, sino que ese collar significa un compromiso verdadero con la propietaria del mismo.

Y, desde el otro lado de la correa, suceden otras cosas. A veces nos implicarnos en un entrenamiento, nos esforzamos en moldear a ese sumiso para que finalmente surjan incompatibilidades, o incluso puede que ese sumiso decida desaparecer sin siquiera dar explicaciones de su comportamiento (que a todas nos ha pasado) por más vías de comunicación que haya abiertas.

Lo de "seré lo que usted desee" suena muy bien sobre el papel, pero si mis deseos le impiden ver el partido con sus amigotes, si tiene que asumir que su sexo ya no es "su sexo" sino mío (asumiendo que seré yo quien conceda o niegue), si descubre que tendrá que realizar tareas que no le gustan, si ha de esperar a ser requerido, si tiene que darme cuentas de sus movimientos y muchos más etcéteras, tal vez ya no le atraiga tanto "ser lo que yo deseo que sea".

Su obligación será hacerme feliz, servirme, pero si, una vez puesta en marcha la relación, el sumiso no es feliz haciéndolo, la fecha de caducidad de esa relación estará muy próxima.

No hay comentarios:

Publicar un comentario