En alguna ocasión he usado mi ropa interior para jugar con alguno de mis esclavos en público, poniéndola en su mano al volver a la mesa del restaurante tras una breve visita al baño, o en su boca para que la saboreara mientras yo cenaba y que se fuera preparando para una gran sesión (o teniendo que volver a su casa solo con el consiguiente dolor de testículos, dependiendo de mi capricho).
La práctica de burusera (así es como se llama este tipo de fetichismo, es decir, compra/venta de ropa interior usada) es muy habitual en Japón, donde existen incluso tiendas físicas dedicadas a este tipo de fetiche. Existe la variante de namasera, en la que la vendedora lleva su prenda puesta hasta el lugar donde ha citado al comprador y allí se la entrega.
Hoy en día, para alegría de este tipo de fetichistas, hay páginas web muy completas donde se pueden adquirir todo tipo de artículos usados por mujeres e incluso fluidos corporales, uñas, cabellos...
He recibido unas cuantas propuestas para adquirir mis braguitas, pero nunca me he decidido, ¿quién sabe? tal vez no me han tentado lo suficiente :D
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