lunes, 14 de julio de 2014

Ser una FemDom

Hoy en día no es fácil hacerse un hueco entre tantísimas maravillosas Damas del FemDom, pero yo pienso que cada una brillamos con nuestra propia luz y, cuando las demás reconocen a una igual, ellas mismas le hacen sitio.

Y hablo de mi caso pues, salvo raras excepciones, he sido acogida con fantásticas muestras de cariño entre las grandes Dóminas de todo el mundo a lo largo de los años.

Tal vez tenga que ver con que he vivido en otros países europeos y conocí a gente estupenda que aportó innumerables cosas a mi evolución personal y todo eso ha contribuido a mi manera de socializar con personas afines.

FemDom no consiste en ponerse un nick de Dómina y esperar a que nos lo den todo hecho pues, como en cualquier otro ámbito, hay que trabajar duro, cometer nuestros propios errores y aprender de ellos, pelear por nuestras metas y, sobre todo, sentir y disfrutar lo que tenemos dentro.

Una FemDom no finge pues, si no es una verdadera Dominante, no podrá sostener una farsa por mucho tiempo. Además de que los sumisos aprovecharán cualquier oportunidad para urdir sus manipulaciones y conseguir que se les haga todo lo que desean para desaparecer en cuanto lo consigan, ya que lo que no necesitan es liderar una relación, sino someterse al Ama.

Ser Dominante no significa tratar a todo el mundo con prepotencia, dar gritos o amenazar blandiendo una fusta. Ser Dómina es permitir que aquéllos que aceptamos a nuestros pies nos sirvan con devoción y complementen nuestras necesidades de Dominación.

2 comentarios:

  1. ¿Soy un FemDom?... soy devoto de una Diosa-Diabla, soy sumi de una Domina y tengo el privilegio de pertenecer a un Ama.
    Un esclavo postrado a los pies de su Dueña

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