Pantomimas virtuales

Resulta divertido pararse de vez en cuando y echar un vistazo en las redes sociales. La gente se agarra unos cabreos monumentales porque hayan dejado de seguirlos, porque no los agregan a círculos o porque el vecino tiene más "amigos" en su haber.

Algunos viven como afrentas esos piques que se lanzan unos a otros, los veo ponerse verdes de rabia y perder los papeles por casi cualquier cosa. Y todo virtual, que la gran mayoría de la gente que hay tras los perfiles jamás llegarán a conocerse en persona.

También están todos esos que vuelcan sus frustraciones atacando a los demás, escudándose en ese anonimato que internet proporciona. Sé bien de lo que hablo, tengo bloqueados a varios porque considero más sensato hacerlo de ese modo que entrarles al trapo y entretenerlos, y tampoco voy a concederles la importancia que no tienen.

Mi costumbre es dejar todo conectado a lo largo del día tras subir el post del blog y, si estoy en casa, de vez en cuando respondo un correo, acepto o rechazo alguna petición de amistad o dejo un comentario en algún sitio. Lo que me sorprende es que, sea cual sea la hora que miro la pantalla, siempre veo conectados e interactuando más o menos a los mismos nicks.

Ayer, por ejemplo, dos Dóminas montaban un numerito deplorable en un grupo FemDom, los insultos eran cada vez más escabrosos y no sé cómo acabarían porque me apetecía más salir a disfrutar del sol con mi esclavo magic que quedarme leyendo.

A veces me pregunto si la gente no tiene una vida que vivir fuera de internet. Aunque tampoco es algo que me quite el sueño, que todos somos mayorcitos como para elegir nuestro camino y el modo de recorrerlo. Además, también hay gente maravillosa con la que vale la pena contactar.

Que conste que no es una crítica (vivo y dejo vivir), sólo un apunte. Y recalco que puede ser divertido observar. Un rato :)