El día a día de una poli-relación FemDom es, lógicamente, mucho más complicado que una relación monógama Ama/esclavo. Hay días muy tranquilos y placenteros, pero al ser varias las vidas en mis manos, y al ser tan diferentes unas de otras, siempre hay tira y aflojas que resolver.
Uno puede ser más dócil y otros más rebeldes, pero incluso los dóciles requieren de un tirón de orejas de vez en cuando. Cada uno tiene una personalidad diferente y, al mismo tiempo, cada uno me aporta cosas distintas.
Cualquiera diría al escuchar la palabra (poliarmonía) que todo es un camino de rosas. Nada más lejos de la realidad, pues aunque no existan celos entre las partes (que puede surgir algún tipo de roce), a veces compiten para conseguir mi atención. Además, como suelo decir a menudo, un adiestramiento no termina nunca aunque se pueda relajar tras las primeras etapas, y al ser varios adiestramientos simultáneos, la cosa se anima por momentos.
Una poli-relación no es una colección de trofeos; para mi no hay un segundo, tercer, cuarto esclavo, sino que cada uno de ellos es especial y cada uno fue elegido por una razón particular.
Pero he de decir que, aún con todos los altibajos cotidianos, es la vida que me gusta vivir, la que yo he elegido y la que disfruto plenamente, con risas y cabreos, con alegrías y enfados...
Es Mi vida.
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