Al fin se ha acabado todo el jaleo de Nochebuena, Navidad, fin de año y Reyes y volvemos a la normalidad. Cada uno a la suya, por supuesto, ya que la mía no es convencional en absoluto y más de uno afirma que la normalidad en mi vida es cualquier cosa menos precisamente eso, "normal".
Como decía ayer, he estado algunos días bastante desconectada y tengo que ponerme al día de todo: actualizaciones, correos, mis chuchillos y aspirantes... mi vida.
Tengo las pilas cargadas y me siento mejor que nunca, así que es el momento de ponerme manos a la obra. Un paso cada vez es como se hace el camino y son muchos los pasos que deseo dar. Saborearé cada uno de ellos porque me encanta disfrutar de un reto e ir superando etapas hacia esas metas que yo misma elijo.
Una amiga me preguntaba el otro día que qué más puedo hacer yo con mi vida si ya lo he hecho todo. Se equivoca. No lo he hecho todo. Ser popular, tener esclavos, vivir FemDom de forma cotidiana, grabar videoclips, asistir a eventos, viajar... no es haberlo hecho todo, sólo es parte de la vida que elegí vivir y, aunque esa fue mi meta en su día, he evolucionado y mis metas lo han hecho conmigo.
No todo acaba cuando conseguimos hacer realidad nuestros sueños, sino que siempre surgen nuevas ilusiones y deseos de seguir recorriendo ese camino lleno de imprevistos y sorpresas llamado vida.
¡Qué filosófico me ha quedado el post! :D
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