martes, 4 de febrero de 2014

Regalos y tributos

Las sensaciones que me recorren cada vez que llega a casa un paquete para mi, son indescriptibles. Tanto si sé qué contiene el paquete como si no, mi excitación es evidente.

Saboreo cada sonido al rasgar envoltorios, me doy un festín de emociones abriendo cajas y me siento eufórica al ver los contenidos.

Esto me pasa con los regalos que me enviáis, pero cuando salgo de compras con algún esclavo, hasta mi ropa interior sufre cambios probándome trapitos y calzado, eligiendo los artículos que deseo y, por supuesto, observando a mi siervo entregar alguna de sus tarjetas para pagar mis caprichos.

Os diré un secreto. En ese momento me muestro impasible, pero por mi mente pasan mil perversiones que guardo para el momento más inesperado. Momento que puede ser en la siguiente tienda, durante la cena, en privado o puede que otro día, depende de lo que se me antoje :D

¿Y qué puedo decir del dinero en efectivo? Siendo una acérrima fetichista del dinero, imaginad mi inmensa satisfacción cuando un chucho hace un ingreso en mi cuenta o pone su cartera en mis manos para que yo misma me sirva.

Acaba de llegar un nuevo paquete de Amazon. ¿Qué será? :)))))

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