Formateando cosas

He tenido un fin de semana bastante ecléctico, con un poquito de todo. El sábado fue muy divertido, pero el domingo me tocó formatea mi equipo, con el consiguiente engorro de reorganizarlo todo, hacer copias de todos mis archivos para volver a insertarlos y reinstalar todos mis programas. Así que he estado muy entretenida.

Pero, como se suele decir, no hay mal que por bien no venga, pues ahora tengo todo limpito y dispuesto a que meta mis manos a fondo. Es como un esclavo nuevo, de esos pocos que quedan que todavía no están resabiados, como un lienzo en blanco sobre el que puedo empezar a dejar mis marcas para pintar mi propio cuadro.

Y de eso todas sabemos un poquito, ¿verdad, Señoras? Los sumisos llegan a nosotras con preciosas palabras de entrega y disposición, para darnos un trabajo colosal al ir cambiando todo lo que no nos gusta ;)

El proceso de adiestramiento (ese que no termina nunca ;)) puede ser muy divertido, por supuesto, pero también repetitivo y a veces exasperante, depende de la materia prima. Algunos aprenden rápido y se amoldan enseguida a nosotras y otros nos sacan de nuestras casillas.

Yo tengo ahora mismo un gran reto por delante, un sumiso demasiado acostumbrado a su preciada libertad, demasiados años haciendo lo que le da la gana, prescindiendo de protocolos, manipulando al mundo entero y logrando sus objetivos sin anteponer a nadie más que a sí mismo. Todo un chucho a formatear, jajaja.

Me gustan los retos, pero sólo los que yo elijo, porque suelo ignorar a los que alardean de indomables. No estoy dispuesta a entretener a un "sumiso" que no viene a mi sabiendo lo que espero de él y con el deseo de complacerme.