Jugando

He decidido dejar conectados mis teléfonos siempre que me sea posible, pues he descubierto que es muy divertido atender una llamada aún con gente delante.

Si estoy en una tienda y la llamada es de un sumiso de lengua inglesa, puedo hablar con mayor libertad aunque la tienda esté llena de gente, pero si el que llama habla español, es entretenidísimo disimular alguna que otra frase, tener que hacer alguna pausa o buscar palabras discretas para esos oídos atentos.

En casa no hay ningún problema, lógicamente, mi perra no se asusta de nada (¡menuda es ella!), pero le voy descubriendo detalles muy morbosos a estas nuevas líneas de teléfonos :D

Os contaré una pequeña anécdota de ayer mismo. Un sumiso me hablaba de una práctica que desea hacer con su mujer y yo estaba en una cafetería bastante concurrida. Me di cuenta de que en la mesa de al lado había un chico removiendo su café, mirándome y escuchándome. Soy muy juguetona y me divierte observar las reacciones de los demás, así que con todo mi descaro fui subiendo el tono de mi charla mientras miraba fijamente a mi vecino de mesa, que se ponía visiblemente nervioso a medida que avanzaba en mis explicaciones al teléfono.

La verdad es que me encantó comprobar cómo se ruborizaba y que ya no sabía a dónde mirar.

Total, creo que el que hizo la llamada consiguió la información que buscaba sobre tortura genital y seguro que el chico de la cafetería no me olvidará fácilmente, jajaja.

Hay momentos en que me divierto mucho con pequeños detalles. Me encanta sacar buen partido de todo. Y esta tarde espero una llamada de alguien que desea continuar nuestra conversación sobre bisexualidad forzada y violación consensuada. ¿Dónde estaré cuándo llame? ;)