Sin embargo sí que hay algo cierto: no puedo (ni quiero) evitar involucrarme emocionalmente en algunas situaciones. Jamás me pongo límites en sentir, aunque soy bastante meticulosa en cuanto a quién le dedico mis emociones y, por supuesto, de qué modo.
¿Y cómo voy a estar en contra de esto cuando soy la primera en exigir sus emociones a mis esclavos? Disfruto incrementándolas, sofocándolas, permitiéndoles volar y pisoteándolas si estoy juguetona. Manipular esas emociones me nutre :D
Las emociones son estados afectivos que indican estados internos personales, motivaciones, deseos, necesidades y hasta objetivos.
Hay seis emociones básicas, aunque luego existan mezclas y diferentes intensidades: tristeza, alegría, ira, aversión, sorpresa y miedo. ¿Alguien os ha hecho experimentarlas todas en una sesión? :D
¿Qué sería de nosotros sin esas intensidades físicas y emocionales que nos caracterizan? :)
Si he de ser sincero la unica persona capaz de albergar esas seis emociones es mi Mujer, y por ende Mi Ama... he tenido diferentes parejas anteriores, sin vinculos legales, todas/os me han hecho sentir, si no, es una jilipollez estar con algien, pero confieso que NINGUNO/A ha logrado reunir esos seis estados de animo y otros intermedios como bien dices
ResponderEliminarHa habido quien se ha hacercado bastante con 3-4 de esos sentimientos (ojo que hablo de 24/7 mi esperiencia en sesiones puntoales es muy limitada y previo pacto de masoca enpedernido, osea solo lo hacia por egoismo y me importaba un pimiento lo que siente el Sadico/Dom)
En las sesiones puntuales no he sentido nada mas que la tranquilidad por recivir "mi dosis" o el cabreo por que quien estaba del otro lado no era lo que prometia ser...
Asi lo veo yo, pero como siempre digo, es MI particular percepcion del mundo BDSM segun MI propia experiencia
Saludos y me alegro de que el pos de ayer no indicase ningun bajon (que de ser asi tampoco seria nada grave y es normal en todo ser humano)
Algo que se aprende en el 24/7 es que los Dom como los Sum no somos infalibes, tenemos dias buenos y dias manos, dias en los que no podemos ni mirarnos a la cara y dias en los que la pletoricidad nos tiene radiantes.
Saludos cordiales y disculpas por el malentendido