jueves, 3 de octubre de 2013

Todos cometemos errores

Suelo ser una mujer muy cercana y tengo mucha paciencia. Pero las tonterías me sobran y no doy cancha a estupideces.

He comprobado que hasta en las relaciones más afectivas es necesario imponer una disciplina y un control férreos, de lo contrario el esclavo tiende a no tomar en serio las cosas importantes y a perder de vista su lugar.

Hace poco volví a caer en el error de conceder demasiadas libertades a alguien y acababa molesta por un sinfín de detalles que fueron estropeando la relación.

Lógicamente, quien entra a mi servicio se atendrá a mis normas. Puedo relajar esas normas en determinados momentos, pero desde el primer minuto me mostrará respeto y se esforzará por ser aceptado, adiestrado y sometido.

No deseo autómatas, pero tampoco "graciosos" engreídos pagados de sí mismos incapaces de comprender lo que significa la sumisión, no digamos ya la esclavitud.

Un Ama no es esa mujer que despierta vuestro morbo, ni a la que veis y obedecéis cuando os apetece. Un Ama es la Señora a la que os entregáis, a la que obedecéis porque os nace hacerlo, a la que cuidáis con mimo, a la que cedéis el control de vuestra vida, a la que os hace felices servir y a la que respetáis por encima de cualquier otra cosa.

Meditad en vuestras prioridades, que las mías las tengo muy claras ;)

1 comentario:

  1. Para grabar en una placa de bronce

    Un Ama no es esa mujer que despierta vuestro morbo, ni a la que veis y obedecéis cuando os apetece. Un Ama es la Señora a la que os entregáis, a la que obedecéis porque os nace hacerlo, a la que cuidáis con mimo, a la que cedéis el control de vuestra vida, a la que os hace felices servir y a la que respetáis por encima de cualquier otra cosa.

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