Arbol es un poco zalamero. Si hace viento, agita sus ramas y lo pone todo perdido, pero se lo consiento porque también me protege de miradas indiscretas.
Me refiero a esta época del año, por supuesto, que imagino que en invierno los vecinos del edificio de enfrente se lo pasan muy bien cuando vuelvo de la ducha o cuando mi perra me da un masaje, por no hablar de las cruces de San Andrés y un montón de "adornos" en la pared: látigos, fustas, palas, palmetas, floggers, todo tipo de restricciones, máscaras y todas esas cosas que tanto me gustan.
No me entendáis mal, no lo hago adrede, pero en mi cabeza siempre hay muchas cosas y no siempre me acuerdo de correr las cortinas.
No sé qué pensarán de mi, aunque tampoco me preocupa demasiado, pues el edificio más próximo está en un ángulo que no creo que permita una visión muy clara. Además, árbol se encarga ahora mismo de proteger mi intimidad, que en Madrid hace mucho calor en verano y el portátil contribuye a aumentarlo, así que no me queda más remedio que teclear lo más fresquita posible ;)
Qué suertudos vecinos. Si yo fuera uno de ellos, ya me habría acercado educadamente a conocerla y saludarla, no habría podido evitarlo, siempre que no le molestara.
ResponderEliminarSin conocerla, al menos hubiera tenido curiosidad (soy muy curioso e inquieto) y hubiera querido saber si se trataba de una Dómina profesional o algo así, je, je.
Supongo que a estas alturas, esos juguetitos no pasan desapercibidos nin a los vainillas más regulares.
Un saludo y a sus pies, no nos queda más que aguantar los días de calor, puedo hablar con toda propiedad desde mi Sevilla, jeje.
servus{Bastet}
Gracias por hacer un post sobre mí, aunque sólo fuera como excusa para hablar de los vecinos. Ya tenía yo ganas de verme reflejado en este blog. :)
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