sábado, 16 de marzo de 2013

Entrégame tu mente

Los que me conocéis sabéis que soy muy juguetona con mis esclavos. Me encantan los juguetes, tanto los humanos como los de tortura. En mi colección hay de todo un poquito y me pongo muy contenta cuando alguien me regala algo nuevo, ya sea una nueva fusta, un flogger diferente, unas espuelas afiladas o incluso unos tacones imposibles, por poner algunos ejemplos.

Pero no sólo disfruto de la tortura corporal, ya que poner en apuros a un perrillo y ver su carita de circunstancias bajo presión psicológica observando sus reacciones es algo que no quiero ni puedo evitar. Hacer pasar a mi putita de la risa a la angustia, de tease a denial, del bienestar a la incomodidad... jugar con su cerebro tanto como con su cuerpo, follarme su mente y usarlo a mi antojo... o simplemente ignorarlo hasta que comprende y asume algún error e incluso humillarlo por puro placer.

Tengo mis propios métodos de adiestramiento y, del mismo modo que cada esclavo me aporta distintas cosas, con cada uno el desarrollo de la relación es diferente.

Hay tantas cosas que me divierten... ¿Por qué prescindir de algo que me pertenece?

1 comentario:

  1. Sentir que quiere jugar conmigo, es un honor que me motiva a subsistir a su lado para volver a ser utilizado.
    Apreciar su gesto de satisfacción ante un regalo o una de sus provocaciones es la sal que endulza mi esclavitud.
    Notar que me controla, que doma mi carácter a su antojo, que me educa sin esfuerzo, hace que quiera someterme a mi Diosa-Diabla y profundizar en lai relación DomFem.

    Un sumí propiedad de CruelDama, que desea seguir siéndolo... y espera no ser abandonado.

    ResponderEliminar