lunes, 11 de marzo de 2013

Contingencia

Cuando se rompe una relación siempre hay daños colaterales. No importa qué tipo de relación sea o haya sido, vainilla o D/s, los cambios que supone una ruptura son radicales y en cierto modo traumáticos para al menos una de las partes.

En mi opinión y, por duro que suene, a veces es mejor cortar por lo sano antes de que todo se gangrene y, aún pretendiendo hacer el menor daño posible, en inevitable que la parte abandonada se sienta bloqueada hasta que asume la realidad.

Unos se escudan en un sentimiento de dependencia de la otra persona y ahí se quedan, paralizados sin saber reaccionar para continuar con su vida y otros no desean renunciar a esas cómodas rutinas en las que estaban instalados.

Pero la vida significa cambios constantes y no se puede retener lo que no desea ser retenido.

No daré nombres, pero me estoy planteando renovar mi fondo de armario (y no hablo de ropa). Cuando algo no funciona, o bien se repara, o se sustituye por algo nuevo, ¿verdad?

Sé que este artículo causará revuelo en mi cuadra pero, como digo, por el momento sólo es algo que me ronda, todavía he de madurarlo. No tomo decisiones sin meditarlas y menos cuando afectan a alguien más, pero una vez tomadas no hay vuelta atrás.

Y, plantada la semilla que pueda causar algún ataque de ansiedad, concluyo el post de hoy ;)

1 comentario:

  1. Flash!..., sorprendente su planteamiento, al menos para mi.
    Esta alerta, pretende espabilar a los dormidos? o es algo mas profundo que previene sobre un cambio de vida?
    El riesgo de precipicio, en el que siempre nos movemos/moveremos sus esclavos, hace que las crisis de ansiedad sean inevitables, a mi al menos me ataca en este instante.
    Aviso a navegantes?..., quiere renovar su Cuadra?..., los nuevos esclavos pueden desplazar a los que estamos, pero porque deshacerse de los que ya estamos?... y que hemos sabido adaptarnos a sus deseos.

    Uno de sus esclavos, que espera no sufrir su rechazo.

    ResponderEliminar