No soy muy partidaria de las marcas permanentes porque la vida da muchas vueltas y lo que hoy nos puede parecer eterno, mañana se puede acabar. Las relaciones, normalmente, tienen fecha de caducidad; unas duran más y otras son efímeras.
Me explico. No me agrada que un esclavo venga a mi con la marca de propiedad de otra, ni tampoco me complace que alguien a quien ya no considero mío luzca la mía.
He hecho algún branding y alguna escarificación discretitas, que no dejan de ser una muestra más de sumisión y, en cierto modo, un acto romántico de afianzar y reafirmar la entrega.
Pero estos días he concedido un tatuaje con mi collar a alguien que lo siente de verdad y que me ha demostrado (y me demuestra) día a día que me pertenece. Un cambio de opinión, tanto puntual como merecido.
Y sigo pensando lo mismo, no soy partidaria de marcas permanentes, excepto en esos casos tan especiales en los que los años de servidumbre verifican la autenticidad de esas marcas.
Para mi la eternidad es un concepto apetecible pero irreal.
ResponderEliminarLas marcas permanentes son deseables para los sumís en un momento dado, pero inadecuadas tal y como evoluciona la vida.
Las señales emocionales o mentales son mas profundas y quedan siempre grabadas en el corazón..., aunque la relación DomFem muera, el recuerdo permanece.
Un collar grabado es suficiente, desde mi punto de vista, para mostrar al mundo la dependencia y propiedad que una Dama tiene sobre nosotros.
Un sumiso que tiene un collar grabado con el nik de Su Dueña y esta dispuesto a mostrarlo orgulloso al resto del universo fetichista.
Yo soy un perro raro, lo reconozco, de hecho, que yo naciera fue un error de cálculo, no voy a explicar nada..... tal vez lo debería de explicar mejor...................... una madre ;)
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