jueves, 6 de diciembre de 2012

Fidelidad y esclavitud


Soy muy posesiva con mis propiedades y no consiento flirteos con otras Señoras. El esclavo debe conocer su lugar y respetarme en todo momento, esté yo presente o no.

Cuando un esclavo falla, no hay vuelta atrás. Cuando un aspirante juega, dice mucho de su candidatura (y no bueno precisamente).

La fidelidad y lealtad de los míos significan mucho más que palabras. Exijo hechos y que me tenga presente en todo momento, incluso a kilómetros de distancia.

Es normal que un perro sin Dueña busque e intente llamar la atención de las Dóminas. Pero una vez presenta su candidatura y es tenida en cuenta, un comportamiento erróneo puede derribar en un momento todo el terreno conseguido.

Esas son algunas normas básicas que cualquiera con dos dedos de frente puede comprender (y que cualquiera con una elemental escala de valores no necesita ni que le recuerden).

No prohibo a los míos interactuar con Am@s, sumis@s, esclav@s, switches, curios@s, s-m o vainillas ni en internet ni en la vida real. Somos adultos y vivimos integrados en la sociedad, pero la exclusividad de mis esclavos para mi es dogma... a no ser que sean cedidos o compartidos en situaciones muy puntuales con, por supuesto, mi aprobación y consentimiento.

En fin, como siempre digo: no quiero a mis pies a nadie que no lo desee.

No hay comentarios:

Publicar un comentario