domingo, 4 de noviembre de 2012

Emoción


Normalmente guardo la confidencialidad respecto a las identidades de mis esclavos, pero... (Siempre hay "peros", ¿verdad?).

Bueno, sólo diré que hay dos cánidos que se están rifando el aparecer aquí, públicamente, para humillación y escarnio de quien desee dejar un comentario.

No es que hayan dejado de obedecer mis requerimientos, al menos todavía no, pero dejo constancia de un posible castigo/correctivo que no pasará desapercibido. Y no suelo avisar de mis intenciones, me encanta el factor sorpresa, pero sirva este artículo como advertencia a cualquier esclavo que pretenda eludir sus obligaciones.

Estoy segura de que más de uno, tras leer este artículo, temblará incluso antes de que mi advertencia sea un hecho. ¿Y qué mejor alimento para mi sadismo que ese maravilloso miedo a salir del armario a empujones?

No soy conocida como Dama Bondad precisamente, muchos podrían dar fe de mi severidad. Pero no adelantemos acontecimientos, lo que tenga que ser, será.


No hay comentarios:

Publicar un comentario