Lo quiero todo

No es fácil someter una mente. Lo sencillo es la Dominación física (o la sumisión física), que a eso todo el mundo puede llegar.

Pero ese momento en el que caen todas las barreras y llegan el reconocimiento y la aceptación es algo sublime a lo que no todo el mundo tiene acceso.

No es algo que suceda de forma espontánea de un momento a otro, sino una situación a la que se llega tras mucho trabajo de fondo, algo que se consigue con esfuerzo y dedicación y que, por supuesto, no todos desean, buscan o gustan.

Pero para mi es algo necesario y la verdadera razón de la Dominación: poseer una mente y sentirla mía.

A todos nos gusta jugar, yo misma disfruto mucho haciéndolo en fiestas y eventos con sumisos que no me pertenecen y me lo paso muy bien, pero para mis relaciones D/s quiero ese "algo más", el control real sobre mis propiedades.

No me dice mucho que me llames Ama un ratito y, en cuanto doy media vuelta, te olvidas de a quién te debes. Me satisface que me sepas tu Dueña esté yo presente o no, que me honres en ambos casos y que necesites pensar en mi aprobación antes de tomar una decisión.

Llegar a este punto de compenetración y complicidad no lleva un tiempo concreto ni tiene un ritmo determinado. Cada mente es diferente aunque todas sean sumisas.

Te puedo usar un rato o ignorarte durante unos días, pero si decido que quiero algo de ti y te lo hago saber, lo quiero ya, sin excusas ni aplazamientos. Valoro más tu esfuerzo real que un ramo de flores que se marchitarán en pocos días.