Jordi Tañà y el sado

Confieso que hasta el sábado el libro de Jordi Tañà estaba aparcado en mi mesilla esperando el momento propicio para que le prestara atención. La máscara de gas de la portada me miraba desde sus cuencas ¿vacías? día tras día y, como me comprometí a leerlo y dar mi opinión (además de haber tenido el honor de recibir mi ejemplar firmado y dedicado por el autor), aquí dejo constancia de mi visión. (Esto mismo lo usaré despiadadamente como próxima entrada en mi blog para que el gran público comprenda la naturalidad de los que vivimos el sadomasoquismo, la Dominación/sumisión, el BDSM, el FemDom o lo que sea que elijamos sin ese oscurantismo que todavía muchos pretenden colgarnos).

Y con el párrafo anterior creo que dejo reflejado lo que opino: es un libro ameno, con una estética realmente bonita, los cuadros y las imágenes cargados de significado para nosotros y con una narrativa divertida que describe las impresiones de alguien que descubre que no sólo no somos bichos raros o desequilibrados, sino que hay personas entrañables y admirables.

Me ha gustado. No es el típico cliché o la visión avainillada de alguien ajeno a la temática (que conste que no pretendo menospreciar lo vainilla, pero hay muchos libros que no captan nuestra realidad y se pierden en lo que se imaginan que es confundiendo las cosas).

Lo recomiendo sin reservas: bonito, de fácil lectura y sincero.

Esa es mi crítica. Jordi Tañà, mi felicitación para ti por "Perdone, Señora; ¿Tiene usted algo fálico?". Y, por cierto, creo que sí tengo algo fálico ;)