martes, 2 de abril de 2013

Resacas

La resaca tras una sesión intensa no tiene que ver con resaca alcohólica, pero los efectos posteriores a una sesión especial pueden variar. A algunos no les afecta, pero hay casos en que no se produce inmediatamente después de la sesión en sí, sino incluso al día siguiente y puede afectar al estado de ánimo del sumiso o esclavo, sobre todo si es novato en las prácticas.

No es lo mismo que un aftercare, en el que hay que guiar con sutileza al esclavo a la "vuelta a la realidad" tras algún grado de sub-space al que se le haya llevado y que se produce al acabar la sesión. La resaca de la que hablo suele aparecer a las pocas horas y las causas pueden ser desde vergüenza por lo acontecido hasta inseguridad por lo que pueda pasar después.

Lo que yo suelo hacer en estos casos es dejar espacio para que el perrillo asuma y supere sus miedos y decida por sí mismo volver a mi sin presiones. Esto en el caso de esclavos masculinos, ya que las féminas sumisas necesitan todo lo contrario. El macho sigue teniendo esa tendencia a encerrarse en su cueva a darle vueltas a su problema, rumiándolo hasta que lo digiere sin compartirlo ni exteriorizarlo.

Este estado resacoso ha de superarlo por sí mismo y, hasta el momento, los míos siempre han vuelto a mi con su mejor sonrisa y mayor disposición y entrega. Digo yo que algo estaré haciendo bien ;)

2 comentarios:

  1. seguro que todo lo hace bieN, SEÑORA

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  2. Todos los días aprendo algo nuevo en su blog y siento que debo darle las gracias mas efusivas por el magisterio que ejerce sobre todos nosotros.
    Nunca había pensado en las resacas de los machos-sumisos en los encuentros DomFem y en general estoy de acuerdo con su visión sobre que los homos-masculinos nos encerramos en cuevas para rumiar las consecuencias de nuestras experiencias con Dominas.
    Esa búsqueda inconsciente de aislamiento, se debe desde mi punto de vista a la educación recibida. Estamos condicionados por la visión social sobre que el hombre dirige las relaciones y por la costumbre de que no conviene exteriorizar nuestros sentimientos.
    Los sumís progresistas rechazamos la educación machista; admiramos a las Damas que saben lo que quieren, dirigen su vida libremente y están dispuestas a realizarse como Dominas; nos gusta demostrar nuestra devoción a la Diosa, incluso humillándonos pasando de las convenciones sociales, sirviéndolas como merecen ser atendidas y procurando su bienestar-satisfacción sin limitar nuestro esfuerzo;... y entregamos el control de nuestra vida para superar las viejas costumbres adquiridas.
    Desde mi óptica, lo que hace excepcionalmente bien, es su trato personalizado..., por eso siempre volvemos contentos y dispuestos a entregarnos mas..., nos sabe dar lo que necesitamos, sin prisa pero sin pausa, tendiendo su red racionalmente, pero apoderándose de nuestra voluntad poco a poco y sometiendo nuestras resacas sin remedio.

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