martes, 11 de diciembre de 2012

Actitud de esclavo


No lo intentes, hazlo o ni te molestes en empezar. No me gustan las cosas a medias ni las excusas.

Si quieres que te considere de mi propiedad, demuestra que lo eres.

No se trata de que hagas algo para obtener algo a cambio. Obedece y quizá, sólo quizá, recibas mi atención si me apetece y lo estimo oportuno, pues de lo contrario estaríamos hablando de una relación muy diferente. Y no es el caso.

Sé quien eres, sé cómo eres, sé qué necesitas.

No me cuentes tus miserias, no me interesan. Háblame de devoción, de entrega, de servidumbre.

Demuestra tu esencia y te tendré en cuenta.

Soy exigente y dura, no acepto a cualquiera a mis pies. El camino de la esclavitud no es fácil y, aunque pruebo a unos y otros, sólo me quedo con los mejores.

¿De cuáles eres tú? ¿De los que desecho por el camino? ¿O de los que se quedarán a mis pies?

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