miércoles, 5 de junio de 2013

Castigo y adiestramiento

El tema de los castigos es muy personal, cada una impone correctivos y penalizaciones a su manera o del modo que considera más adecuado.

A mi personalmente no me gusta castigar, pues significa una falta continuada y consciente del esclavo y eso es algo que me molesta porque aunque para él pueda consistir en algún tipo de provocación, para mi supone una falta de respeto.

A una falta leve se le puede aplicar un correctivo, pero cuando la falta es grave no puede quedar sin respuesta. Y, por supuesto, si aún así el error persiste, hay que tomar medidas más drásticas.

Recurro a un castigo cuando es absolutamente necesario, pero no lo disfruto por lo que ya he dicho. No acostumbro a castigar porque sí, pienso que ha de existir un motivo concreto, a no ser que me sienta juguetona y "castigue" por el placer de hacerlo, aunque es estos casos hago saber que hará tal o cual cosa porque a mi me apetece.

Tampoco aplico o impongo castigos "en caliente". Si estoy alterada prefiero dejar que las cosas se enfríen y, aún dejando pasar un tiempo (tiempo que el esclavo permanecerá a la espera de mi decisión), el castigo no queda impune. De este modo el escarmiento suele ser mayor que con un castigo inmediato y no meditado.

No me gusta amenazar, o castigo o no lo hago, pero jugar con amenazas amortigua el efecto de lo que deseo conseguir.

Y, ni que decir tiene, una vez cumplido el castigo el tema queda zanjado. No es bueno para ninguna de las partes insistir en una falta que ya ha sido pagada porque pueden surgir rencores e inseguridades que a la larga pueden minar la relación.

Me gustan los castigos que suponen un esfuerzo emocional para el esclavo y en los que se implique de manera que sepa en todo momento que lo hace porque debe hacerlo, no únicamente porque yo se lo he ordenado. Pero maneras de castigar hay tantas como se nos ocurran, a cada uno se le aplica el que más le cuesta, de otro modo no sería un castigo y volvería a reincidir sin temor a las consecuencias.

7 comentarios:

  1. Desde mi óptica de sumiso, mi propósito es aprender y conocer a mi Domina.
    Se aprende de muchas formas, pero cuando queremos ademas conocer a una Dama y adaptarnos a sus preferencias yo creo que hay una actitud básica, previa al comportamiento: observar a la Diosa. De esta forma interiorizamos sus deseos-estilos y su voluntad se apoderara de nuestra personalidad.
    El sumiso no debe consentir ser anulado por su Ama, cuando emita conductas debe sentirse libre y estar pendiente de las reacciones de su Maestra que serán bien positivas, para alentar al aprendiz o bien punitivas, para rectificar aprendizajes inadecuados.
    Tanto los premios como los castigos adiestran al sumiso, le conducen por el camino correcto y me pregunto es necesario como algunos mantienen ¿practicar diariamente sesiones de adoración o de disciplina? o mejor ¿establecer rutinas de comportamiento que sometan al sumiso?.
    Coincido con CruelDama que los castigos deben ser puntuales, derivados del fallo libre del esclavo y asociados a la educación que la Guía se molesta en darnos.
    Los masoquistas intentaran provocar a su Señora, para intentar tener castigos frecuentes, pero ¿realmente su personalidad los percibirá como castigos?, ¿se sentiran sometidos o dominantes en la relación DomFem?.
    magic, su feliz esclavo, dispuesto a resistir el castigo que merezco, que esta seguro que su ejecución correlacionara con el grado de descontrol estimado..., que conste que he aprendido lo que nunca mas haré.

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    1. Has aprendido qué no debes hacer, pero no olvidarás tu falta hasta que no la expíes. Sé que sabrás superar los inconvenientes que puedan surgir ;)

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    2. Por nada del mundo quisiera defraudarla, me esforzare hasta la extenuación por superar cuantas pruebas me ponga o cuantos obstáculos surjan.
      Espero que mi doma sepa encender su orgullo por poseerme.

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  2. Si se me permite, me gusta su post, Señora. A mí me avergüenza reconocer que alguna vez he tenido que ser castigado. Y no logro comprender a sumisos que provocan esa situación, ni a las Amas que no ven la gravedad del asunto. Quizás, yo también empecé en esto con tendencias masoquistas, por ello, mi Ama, elige el castigo menos esperado y que suponga verdaderamente un "esfuerzo emocional" como Usted dice. Manera impecable de abordar el tema, Señora.
    Mis Respetos
    zero {MS}

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  3. No se puede añadir nada más en su artículo, Señora Cruel Dama. El asunto está perfectamente delimitado y explicado desde el sentido común y el deseo de las dos partes de tener una relación sana y duradera.
    Enhorabuena por el artículo y muchas gracias por compartirlo con el resto de la comunidad

    Respetuosamente le saluda servolock

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